El culto
El niño Jesús de Praga del Convento de las Carmelitas Descalzas llego a la ciudad de Cusco en 1800. En 1987 en el Templo vivía una hermana que le tenía un gran aprecio a la imagen del niño, pero esta no era venerada y se encontraba guardada, ella rezo para que su culto renaciera y consiga una mayordomía o un devoto que hiciera posible que la imagen se vuelva más conocida.
Cuentan que en esos tiempos frecuentaba una señora al templo y empezó a tener sueños con un infante de cabellos rubios que le seguía y la buscaba ofreciéndole panes que cargaba en su canasta, en una misa dominical la señora escucho una oración que le hizo recordar a ese peculiar niñito rubio. Cuando terminó la celebración la señora se acercó a una de las hermanas contándole el sueño que tenía, la sor se lleno de pasmo y asombro al escuchar la historia de la señora diciéndole que existe una imagen en el templo, cuando le mostraron el niño Jesús de Praga a la señora esta empezó a llorar de una campanada y reconociéndolo pidió que le dieran la mayordomía, y fue desde entonces que culto del Niño Jesús de Praga vive hasta nuestros días.